Cambio de sistema

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miércoles, 22 de octubre de 2014

Mecanismos y alternativas al pago de la deuda

 ¿Y si no pagamos la deuda?


El primer argumento que se exhibe cuando se hacen planteamientos de impago de deuda, es la descalificación general o la calificación de estas posiciones como de imposible realización.
En primer lugar, hay que acotar el significado de este tipo de actuaciones ya que el impago en determinados ámbitos está absolutamente normalizado e incluso regulado (las insolvencias empresariales son habituales). Por lo tanto, no hablaríamos de ese apartado de los pasivos sino de los ámbitos excluidos de esta práctica tan extendida en el funcionamiento de la economía capitalista.

a)Deuda de las Administraciones Públicas
b)Deuda de las familias
c)Deuda de las entidades bancarias

Son estos rubros los que se considera, de manera general, como “intocables” independientemente de su sostenibilidad o de su legitimidad. Las deudas “hay que pagarlas…”
Pero, ¿realmente no hay alternativas a esta máxima?
  
Cuando se plantea la alternativa de las quitas de deuda, el discurso económico ortodoxo suele indicar que reducir el monto del importe adeudado supondría la quiebra de la seguridad jurídica además de consecuencias dramáticas que provocarían un efecto contrario al deseado. Se considera que no son extensibles al sector público o las familias, los mecanismos legales y económicos para arbitrar las quiebras cuando ocurren en el ámbito empresarial. En definitiva, “las deudas hay que pagarlas” y no hay solución que no pase por encima de dicho axioma.
Sin embargo, la experiencia histórica demuestra que no ha sido precisamente esa la práctica utilizada para resolver los problemas de sobre-endeudamiento. Más aún, la adopción tardía de medidas en la dirección de reducir de manera suficiente el importe de las deudas para adecuarlas a la capacidad de pago, han tenido consecuencias dramáticas para la estabilidad política.
Es evidente que, las políticas de reducción de deuda son las únicas realmente efectivas cuando el sobre-endeudamiento bloquea la capacidad de pago de los agentes económicos.

 
El único obstáculo para adoptar este tipo de salidas es únicamente político y no existe razón técnica que impida su realización. Cualquier decisión en el ámbito económico relacionada con la deuda tiene beneficios y costes para unos y otros pero, en ningún caso puede disfrazarse los intereses de los acreedores con la imposibilidad técnica de abordar soluciones para el sobre-endeudamiento que afecten al monto de la deuda.
En todo caso, se puede defender técnicamente un proceso organizado de reducción de deuda y que el mismo no tenga un carácter neutral sobre los agentes económicos sino redistributivo sobre la riqueza de los mismos.



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